El bisabolol suele figurar como ingrediente en numerosas fórmulas cosméticas. Y, como sucede con muchas otras sustancias, su nombre no parece provenir de la química.
En el caso del bisabolol se trata de un extracto vegetal, no es más que un principio activo del aceite esencial de la flor de camomila o manzanilla.
Como es conocido, son muchos los “remedios” caseros que se preparan con base a infusiones de manzanilla. Precisamente, por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias.
Por ejemplo, en casos de dolor de estómago, para favorecer digestiones difíciles, como anticonvulsivo si se tiene ganas de vomitar o para relajación cuando no se puede dormir,
Trasladado a cuidados cosméticos, se lo utiliza especialmente en los tratamientos para pieles sensibles, incluyendo los productos after shave para después del afeitado.
La lista de propiedades del bisabolol es extensa: suavizante, cicatrizante, calmante, antiinflamatoria, protectora, desensibilizante. De ahí su uso tópico.
Más concretamente, el activo es el alfa-bisabolol (Matricaria chamomilla y Matricaria recutita L.), extraido de la flor.
La manzanilla forma parte de las hierbas aromáticas, de no ser así no estaríamos hablando de aceite esencial.
Planta muy común, originaria de Europa y de allí introducida en América, es utilizada desde hace siglos con fines medicinales.
Además, de la flor también se extrae otro componente importante de la cosmética para piel sensible: el camazuleno.
Dónde encontrarlo
¿En qué productos cosméticos se puede encontrar alfa-bisabolol en la fórmula?
Principalmente en lociones calmantes, tónicos faciales, aguas micelares y desmaquillantes de ojos. Así como también en fluidos, cremas y serums.
Además, suelen contenerlo los cuidados que requieren de un activo antiinflamatorio, como ser las emulsiones post-depilación.
