Al igual que en otras partes de la cara, la piel alrededor de los ojos se arruga, creando las patas de gallo al lado de los ojos.
La grasa de los párpados se deposita en las cuencas de los ojos y puede hacer que éstos se vean hundidos.
Los párpados inferiores pueden aflojarse y se pueden desarrollar bolsas bajo los ojos.

El debilitamiento del músculo que soporta el párpado superior puede hacer que los párpados se descuelguen, lo cual puede limitar la visión.
La superficie externa del ojo (córnea) puede desarrollar un anillo grisáceo-blanco.
La parte coloreada del ojo (iris) pierde su pigmentación, lo que hace que la mayoría de la gente de edad muy avanzada parezca tener ojos grises o azules claros.
Referencias
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