Acido cítrico
Antioxidante e iluminador de la piel por acción exfoliante de sus capas superficiales. Es uno de los más conocidos y populares.
Proviene de los cítricos, aunque también puede obtenerse por la fermentación de los azúcares.
Se utiliza para regular el pH.
Acido glicólico

Renovador y “peeling” por excelencia.
Usado como antiarrugas y despigmentante, se extrae de la caña de azúcar, de la piña o de la remolacha.
También puede ser elaborado de forma totalmente sintética en laboratorio.
Debe usarse por períodos cortos y hacer “descansos” para conseguir la eficacia deseada durante más tiempo.
Acido hialurónico
Protector, mejora la retención hídrica propia de la piel.
Son muy amplias las utilidades del ácido hialurónico.
Quimicamente es un mucopolisacárido, lo que le otorga una gran capacidad cohesiva y viscosa.
Actúa por si mismo como si fuera una “esponja”, absorbiendo el agua y reteniéndola.
Se encuentra en forma natural en el organismo, formando parte del tejido conectivo.
No tiene acción “peeling”, como sí lo tienen los AHAS y BHA.
El ácido hialurónico propio tiene una vida muy corta, ya que se produce y se degrada muy rápidamente.
Con la edad, la producción de este ácido disminuye, lo que provoca que la piel pierda hidratación y textura.
Acido láctico

Exfoliante para pieles sensibles.
Se obtiene de la fermentación de la lactosa por las bacterias.
Su presencia en la alimentación está en el yogur.
Nuestro organismo produce ácido láctico cuando realizamos ejercicios físicos.
Es un ácido suave y la piel lo incorpora fácilmente, por lo que lo vamos a tener en cuenta para el tratamiento de las pieles más sensibles.
Tiene acción queratolítica y mejora la producción de colágeno y de elastina.
Se puede combinar con despigmentantes para eliminar máculas solares.
Acido málico
Exfoliante y antiséptico.
Este ácido procede de las frutas (manzana verde, uvas).
En nuestro organismo forma parte de las células corporales.
También, como se trata de un AHA, mejora la firmeza, suavidad y luminosidad de la piel.
Es recomendado para personas con piel sensible.
Se suele emplear acompañado de otros ácidos (cítrico y tartárico, por ejemplo) para mejorar su efectividad.
Si lo comparáramos con otros ácidos su semejante sería el glicólico, debido a sus propiedades de “hidratación” y exfoliación.
Acido mandélico

Mejora la renovación celular en pieles “inflamadas”.
Es de gran utilidad para tratar pieles de fototipo III, IV, V y VI.
Su origen proviene de las almendras amargas.
Se caracteriza por sus propiedades antisépticas y antimicrobianas.
Es un regenerador celular. Disminuye las arruguillas finas y es muy beneficioso para el fotoenvejecimiento.
Es recomendado su uso en personas con manchas por acné y melasma.