– Eccema (dermatitis atópica): tiende a presentarse en personas que sufren alergias o asma. La erupción generalmente es roja, pruriginosa y escamosa.
– Psoriasis: tiende a presentarse como manchas rojas, escamosas y con prurito sobre las articulaciones y a lo largo del cuero cabelludo. Las uñas también pueden verse afectadas.
– Impétigo: común en los niños, esta infección se debe bacterias que viven en las capas superiores de la piel. Aparece como úlceras rojas que se vuelven ampollas y supuran, formando finalmente una costra.
– Herpes zóster: una afección cutánea dolorosa con presencia de ampollas, causada por el mismo virus de la varicela. Este virus puede permanecer latente en el cuerpo durante muchos años y emerger de nuevo como herpes zóster o culebrilla.
– Enfermedades de la infancia como varicela, sarampión, roséola, rubéola, exantema vírico de manos, pies y boca, eritema infeccioso y escarlatina.
– Medicamentos y picaduras o mordeduras de insectos.

Muchas afecciones pueden también causar una erupción cutánea. Estas incluyen:
– Lupus eritematoso.
– Artritis reumatoidea, especialmente del tipo juvenil.
– Enfermedad de Kawasaki.
Cuidados en el hogar

La mayoría de las erupciones simples mejorarán con un cuidado suave de la piel y al evitar sustancias irritantes.
Se recomienda seguir estas pautas generales:
– Evite restregarse la piel.
– Utilice la menor cantidad de jabón posible. En su lugar, use productos de limpieza suaves.
– Evite aplicar lociones o ungüentos cosméticos directamente sobre el salpullido.
– Utilice agua tibia (no caliente) para la limpieza y seque dando palmaditas (no frotando).
– Deje de utilizar cualquier cosmético o loción que haya añadido recientemente.
– Deje la zona afectada expuesta al aire tanto como sea posible.
Cuándo contactar a un profesional médico

Se debe llamar al médico si. por ejemplo:
– Presenta dificultad para respirar, estrechez en la garganta o tiene la cara hinchada.
– Su hijo presenta una erupción color púrpura que luce como un hematoma.
– Presenta dolor en las articulaciones, fiebre o dolor de garganta.
– Presenta líneas de enrojecimiento, inflamación o áreas muy sensibles, lo cual puede ser indicio de una infección.
– Está tomando un medicamento nuevo. No cambie ni suspenda ningún medicamento sin hablar antes con el médico.
– Puede tener una picadura de garrapata.
– El tratamiento casero no funciona o los síntomas empeoran.
Fuente: NIH U.S. National Library of Medicine