La piel está formada por varias capas de células superpuestas: comienza a formarse desde la capa más profunda y las células van migrando hacia la capa más superficial para desprenderse y caerse.
La vitamina A interviene en la formación y regeneración de las células, reparando aquellas que resulten dañadas.
Todas las células de la piel dependen de la vitamina A para su multiplicación y descamación. Este proceso de renovación mejora visiblemente el estado y la apariencia cutánea.
Además, mejora la elasticidad, regenera la piel envejecida prematuramente y contribuye a que tenga una apariencia más suave y uniforme.
Especialmente, esta renovación celular resulta muy útil en los casos de pieles secas y deshidratadas.