El culturismo tuvo origen entre el siglo XVIII y XIX en Francia, donde nació como disciplina deportiva que tenía como finalidad la estética.
Para sus practicantes, el culturismo es un estilo de vida que puede ser muy saludable, analizándolo bajo el aspecto de mantener un hábito de vida basado en el ejercicio físico y una alimentación sana.
Durante los años ’40 y ’50, que el culturismo se propagó por Europa y Estados Unidos, hubo una gran cantidad de practicantes para los que la salud y el bienestar eran objetivos principales.
Sin embargo, esta disciplina llevada al extremo puede degenerar en trastornos psicopatológicos, como la musculodismorfia, vigorexia, narcisismo excesivo, conductas violentas, trastornos alimentarios o el consumo abusivo de drogas como los anabolizantes androgénicos esteroideos.
Entrenamiento

Para lograr correctamente el proceso de desarrollo de fibras musculares mediante la combinación de levantamiento de peso, aumento de la ingesta calórica y descanso, los culturistas deben concentrarse en tres líneas básicas de acción:
1) Levantamiento de peso contra resistencia
El entrenamiento con pesas provoca daños en los músculos, que se conoce como microtrauma. Estas pequeñas lesiones en el músculo contribuyen al cansancio experimentado tras el ejercicio.
La reparación de los microtraumas forma parte del crecimiento muscular (hipertrofia).
Para el entrenamiento culturista se utilizan normalmente rutinas de entrenamiento basadas en series y repeticiones.

2) Una dieta de alta calidad incorporando proteínas adicionales
El crecimiento y reparación, sin embargo, no pueden suceder sin una adecuada nutrición.
Un físicoculturista requiere mayor cantidad de proteínas que una persona sedentaria, ya que debe reparar el daño causado por el entrenamiento con pesas.
Además de las proteínas, los carbohidratos son muy importantes por el aporte de energía que realizan, necesaria durante el entrenamiento. Las proporciones que suelen recomendarse a nivel nutricional son: 60% de carbohidratos, 30% de proteínas y 10% de grasas.
3) Un descanso apropiado para facilitar el crecimiento
Si no se cumplen unas 8 horas mínimo de sueño, el cuerpo no encuentra oportunidad para reconstruir y reparar las fibras dañadas.
Además, el físicoculturista tiene que hallarse en buen estado para la siguiente sesión de entrenamiento.
Competición

Los físicoculturistas ejecutan poses frente a un jurado, que asigna puntuaciones y otorga títulos como los de Mister Universo o Mister Olympia.
La competición de culturismo está dividida en dos rondas, la primera conocida como Precompetición o Semifinales, en la que se realizan cuatro poses de simetría y siete poses obligatorias de musculación para determinar el grado de desarrollo, definición, tamaño, simetría y proporciones, además de la estética.
La segunda parte recibe el nombre de Final o Competición, y se dejan entre 5 y 6 finalistas que tienen, cada uno, un minuto de música para realizar una coreografía de poses libres. Tras las dos rondas se pasa a la puntuación total.
Culturismo femenino

Aunque en sus inicios fue un deporte exclusivamente para hombres, en la década de los ’80 comenzaron a surgir competiciones femeninas.
En ciertos países, las mujeres que practican el culturismo tienden a provocar un cierto rechazo social, debido a preconcepciones culturales sobre la feminidad.
Este hecho provocó una evolución del culturismo femenino y la aparición de nuevas modalidades donde se da mayor relevancia a las formas femeninas que al tamaño y definición en sí. Esto es, más cerca de la imagen de feminidad que la sociedad suele entender como aceptable.
Estas modalidades son la reciente Bodyfitness o Figuras y el Fitness, en la que las competidoras demuestran además habilidades físicas y coreográficas. Es decir, una buena figura y un cuerpo bien definido.
Anabólicos

A pesar de que ninguna federación fomenta su uso y de que su circulación y comercialización está fuertemente regulada, la mayoría de los competidores y algunos físicoculturistas aficionados utilizan drogas para aumentar notoriamente su masa muscular, su rendimiento físico y su definición muscular.
Las más usadas son las hormonas sintéticas, comúnmente conocidas como esteroides anabólicos o simplemente esteroides.
Además de éstos, suelen administrarse otros tipos de drogas dopantes como diuréticos, insulina, hormona del crecimiento, eritropoyetina, análogos de hormonas gonadotrópicas, psicoestimulantes, simpaticomiméticos, entre otros.
Cabe destacar que las dosis superiores a las terapéuticas, y el abuso de estas drogas provoca efectos secundarios adversos a nivel óseo, inmunológico, cardiovascular, hormonal y psicológico.