Esto implica la participación activa de la persona a la que concierne su propia rehabilitación y el deber de la sociedad con las personas minusválidas, englobando todas las medidas destinadas a prevenir o a reducir al mínimo inevitable las consecuencias funcionales, físicas, psíquicas, sociales y económicas de las enfermedades y cuantas situaciones originen minusvalía transitoria o indefinida.
Homologación internacional

Por otra parte, la Sección de Medicina Física y Rehabilitación (MFR) de la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS), en su cometido de normalización y homologación internacional, basa su doctrina científica y su hacer humanístico en dos contextos: el de la prevención y curación a través de la Medicina Física y el del manejo de la discapacidad, en el nivel terciario de atención de la salud, mediante la Rehabilitación.
De esta manera, esta especialidad tiene una entidad propia que la hace distinta e independiente de las demás, tipificada legalmente, socialmente reconocida y con un ámbito internacional de aceptación que determina que la especialidad de Medicina Física y Rehabilitación esté unánimemente reconocida en el ámbito de la Unión Europea.
El comienzo de una larga historia

La medicina física es un área de la medicina relativamente nueva, pero con una larga historia, que ha cambiado mucho a través de los años.
El comienzo de la medicina física debe buscarse desde la Prehistoria.
El hombre primitivo reaccionaba de forma instintiva con actuaciones como el frotamiento enérgico de una zona adolorida o la aplicación de formas de calor o frío que la naturaleza ponía a su alcance.
Los primeros testimonios escritos de la medicina física aparecen en China sobre el 2700 a. C.
El Kong Fou es el escrito más antiguo conocido sobre ejercicio terapéutico y masaje. Se basaba en posiciones y movimientos.
La terapéutica védica hindú (1800 a. C.) recurría también a la práctica de masajes y ejercicios y a los poderes saludables del aire, el agua y el sol.
Siglo XX: la terapéutica moderna

El estallido de la Primera Guerra Mundial hizo que se incrementara el uso de los ejercicios físicos para rehabilitación en los hospitales militares de los países involucrados.
En los Estados Unidos, W. G. Wright desarrolló técnicas cinesiterápicas, especialmente en el entrenamiento de los parapléjicos para caminar sobre muletas valiéndose de las extremidades superiores.
C. L. Lowman desarrolló la hidrocinesiterapia como término y como método.
En Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, cambió la actitud hacia los ejércitos, dándosele cada vez más importancia a la relajación. De esta manera se insistió en que se incluyeran ejercicios de relajación en los programas terapéuticos.
A partir de los conceptos de inervación e inhibición recíproca, Sherrington introdujo los reflejos normales y patológicos en la terapia con ejercicios.
Herman Kabat utilizó el reflejo de extensión, flexión y tónico, dando a su método el nombre de Facilitación Propioceptiva.
Respecto a los ejercicios terapéuticos, Thomas DeLorme ideó un método de dosificación sistémica del esfuerzo: ejercicios de resistencias progresivas, que obtuvo una amplia y rápida aceptación.
La medida más revolucionaria en la movilización terapéutica durante este siglo, fue la movilización precoz de pacientes después de una intervención quirúrgica mayor, propuesta por Leithauser.
El masaje actual: métodos y técnicas

En principios del Siglo XX, distintas escuelas europeas, americanas y orientales, principalmente de China y Japón, establecieron definitivamente las bases actuales del masaje.
Se distinguieron diversos métodos y técnicas terapéuticas:
– Masaje terapéutico.
– Masaje reflejo.
– Masaje quiropráctico.
– Masaje deportivo.
– Automasaje.
En 1952 Gertrude Beard realizó una descripción y definición del masaje cardíaco, donde se establecen las tendencias actuales del masaje para provocar efectos en sistemas específicos como ser: Nervioso, Musculoesquelético, Sanguíneo, Linfático y en todo el organismo en general.
Primeros avances en aparatología

En 1917 Paul Langevin construyó el primer equipo de ultrasonidos basado en la piezoelectricidad, observando efectos biológicos de estas vibraciones de alta frecuencia.
En 1936 Dolhmann construyó el primer equipo de ultrasonidos aplicable en medicina. Se comenzó a tratar enfermos con otosclerosis, cicatrices cutáneas y neuralgias.
En 1939 tuvo lugar primer Congreso Internacional de Ultrasonidos en Erlangen (Alemania).
Whitney introdujo la diatermia por onda corta en 1910 y la hipertermia en 1928.
En ese mismo año, Esau y Schliephake iniciaron la radioterapia.
En 1929 el electrodiagnóstico fue perfeccionado por Adrian y Bronk con la aguja coaxial, base de la electromiografía actual.
A partir de estos descubrimientos y de las experiencias de científicos como Weber, Gordon, Zeiger y Tornes, Maiman construyó en 1960 el primer láser de rubí; incorporando, de este modo, la láserterapia al campo de la terapéutica por agentes físicos.
El notable desarrollo científico y tecnológico del Siglo XX ha contribuido a la aparición de nuevas formas de tratamientos (láserterapia, magnetoterapia, etc), así como al perfeccionamiento de los ya existentes.