Podría iniciar esta nota recordando los principales efectos del masaje sobre el cuerpo (la piel, la circulación sanguínea, el sistema nervioso, los músculos, los órganos, la mente…) y creo que, de esa manera, podría sostener la teoría del masaje como proceso terapéutico que cumple un rol protagónico en el restablecimiento del equilibrio psico-físico de los individuos.
Pero no es esa mi intención… Quiero compartir con ustedes mi concepto del masaje como sinónimo de “acto de curación”; de ese momento en el que dos individuos se comprometen –aunque tácitamente las más de las veces– a compartir un intercambio energético en un marco de respeto y confianza, a fin de que uno de ellos pueda ayudar al otro a recuperar su bienestar.