Lo ideal para llegar a un final exitoso en el tratamiento para el acné es recomendable, cuando así lo requiera su patologia, la consulta combinada con el dermatólogo.
A nivel cosmiátrico abordamos los tratamientos desde un conjunto de procedimientos como: higiene profunda, exfoliaciones con afinamiento de capa córnea, ya sea química o mecánica con productos queratolíticos (de origen químico) o queratolíticos (con gránulos), extracciones, asepsia y recomendación de productos para apoyo domiciliario (seborreguladores, antiinflamatorios).
Siempre hay que tener en cuenta la clase de lesión que porta el paciente para realizar el tratamiento adecuado con el producto que corresponda, sin correr riesgos de producir irritación y proliferación, por derrame, de la bacteria que está presente cuando la afección es purulenta.
La combinación de tratamientos puede reducir considerablemente la cantidad y gravedad del acné.
El ácido salicílico y el ácido glicólico son agentes químicos que animan la descamación de la capa superior de la piel, previniendo una reconstrucción de células muertas que se combinan con la secreción purulenta para bloquear los poros.