El cupping o terapia con ventosas procede de las prácticas curativas de los antiguos chamanes de Mesopotamia.
Consiste en la aplicación de ventosas sobre la piel, con las que se hace el vacío, succionando la piel y parte del músculo. De esta manera se abren los poros y se favorece la circulación sanguínea y linfática.
Las ventosas tienen forma de copa (cup, en inglés) y en la actualidad se fabrican de cristal y plástico.
El vacío se realiza de diferentes formas.
Si se utilizan las de cristal, se hace calentando con fuego su interior para que se consuma el oxígeno y se cree el vacío y el subsiguiente efecto de succión.