“No es sólo por la forma en la que el pie impacta con la superficie, sino que al reducir el tamaño de zancada y aumentar su frecuencia, unos 180 pasos por minuto, también se tiene menos tiempo de apoyo con cada pie”, agregó Del Castillo.
Paso a paso

Ambos profesionales coinciden en que las personas tienen que dedicar tiempo para ir aprendiendo la técnica de correr minimalista ya que “no se puede decir de hoy para mañana que te quitarás las zapatillas y te convertirás en minimalista porque está de moda”, advirtió Marco.
“Es una progresión superlarga, de meses”, dijo Del Castillo. “Tienes que interiorizar la cadencia, saber la frecuencia que tienes que hacer ya que cambia radicalmente la técnica con la que estamos acostumbrados con las zapatillas amortiguadas”.
De no hacerse esta progresión, hay riesgos de sufrir fracturas de estrés, tipo microfracturas, o sobrecargas musculares en los gemelos o sóleo.
“Correr en la playa es un ejemplo”, comentó Marco. “Si lo hacemos una vez al mes no va a pasar nada, pero si corremos constantemente en esa superficie tan inestable posiblemente sobrecargaremos tendones, músculos y a la larga se cronificará en una lesión”.
¿Rendimiento?

El punto de la discordia es si correr descalzo mejora el rendimiento de las personas.
“Hay un estudio que dice que se aumenta en un 4% el consumo de oxígeno, que en deportistas de élite puede marcar la diferencia entre ganar o perder, pero en el 99% de las personas que corren es una cifra insignificante”, mencionó Del Castillo.
La posición de Marco es más contundente. “Es mi opinión, pero no creo que mejore. Puedes equilibrar a nivel muscular y lo defiendo en este sentido ya que lo uso como medio de prevención, tanto a nivel personal como con los atletas a quienes entreno”.
El beneficio en este sentido es que al cambiar la forma de pisar se equilibran o trabajas más ciertos tendones o músculos que habitualmente se lesionan cuando corres con calzado.

Sin embargo, hay otros factores que hay que tomar en cuenta a la hora de comenzar a correr descalzo o con una suela muy fina.
“Yo no recomendaría descalzo, sino con zapatos minimalistas, con los que se logran los mismos beneficios”, recomendó Del Castillo.
“Sino la piel sufre mucho y se pasarían dos semanas con ampollas, cortes y rozaduras hasta que la piel se curte”.
Marco, por su parte, considera que no deberían hacer la transición. “Yo me incluyo. Me refiero a las personas que tengan alguna disimetría entre una pierna y otra”, aclaró.
“Si tengo una pierna más larga que la otra el correr descalzo lo que me va hacer es que cargue una zona más que la otra. Aquí lo que se necesita es hacer un estudio de biomecánica para ver si la persona equilibra bien con ambas piernas”.
Sea por convencimiento de sus beneficios o por una demanda del mercado, las marcas de calzado deportivo se han unido al fenómeno minimalista, una forma de correr que reivindica a la cultura tarahumara.