Es habitual que quienes sufren de caspa lo consideren un problema capilar, ya que la manifestación física de esta enfermedad se presenta en el cabello.
Sin embargo, tanto las causas como los síntomas se manifiestan en realidad en el cuero cabelludo, es decir que la dermatitis seborreica (caspa) es una inflamación de la piel que recubre el cráneo.
Esta afección generalmente es crónica, por lo que el tratamiento tiene que llevarse a cabo de forma continua.
Comienza a manifestarse en la adolescencia y continúa en la vida adulta, ya que la piel se va resecando conforme avanza la edad.
La caspa aparece cuando las finas células de la capa exterior de la piel del cuero cabelludo se desprenden más rápidamente de lo normal, lo que produce escamas de piel muerta.
Tipos de caspa
Existen dos tipos de caspa: la blanca (decamación de un cuero cabelludo seco y deshidratado) y la amarilla (cuero cabelludo excesivamente graso).
Las escamas se ven sobre todo después de peinar o cepillar el cabello, ya que esto contribuye a que se desprendan.
Ciertos tipos de dermatitis seborreicas pueden provocar, además, inflamación y picazón.
Generalmente, la caspa se acentúa en la época invernal y disminuye durante el verano.
Además de aparecer en el cuero cabelludo, puede presentarse en las cejas y la barba.