Orígenes de la auriculoterapia
La auriculoterapia no tiene una fecha cierta de nacimiento, pero varios especialistas en el tema sostienen que se remonta al año 500 aC aproximadamente, en China, Egipto y Grecia.
También hay referencias de esta técnica en la Edad Media y contemporánea, como un tratamiento eficaz para ciática, trastornos de cadera y reumatismos en general.
Sin embargo, fue el médico francés Paul Noguier quien impulsó esta terapia en 1951, y desarrolló la primera cartografía de zonas y puntos de la oreja, donde el cuerpo aparece representado en posición fetal con la cabeza hacia abajo, en el lóbulo y el resto del cuerpo en los distintos accidentes del pabellón auricular.
En 1956 sus trabajos fueron publicados a nivel mundial llegando a China, donde prosiguieron investigaciones, hasta que en 1972 apareció el primer libro de auriculoterapia chino.
Definición
La auriculoterapia es la técnica por medio de la cual se diagnostican y tratan diversas enfermedades utilizando los puntos de reacción que se encuentran en las orejas.
La aurícula es la oreja, y ésta tiene la forma de un feto, con puntos de energía como todo el cuerpo. Allí se activan y se colocan imanes neutros o semillas, que estimulan o sedan según el problema que se presente.
Esta terapia consiste básicamente en el tratamiento de enfermedades estimulando puntos de acupuntura en la oreja.
En esta disciplina se han encontrado muchos más puntos que en la medicina tradicional china. Sin embargo, muchas ideas de la acupuntura son válidas para la auriculoterapia, por ejemplo el concepto de exceso y deficiencia de energía de ciertos puntos y su correspondencia con órganos del cuerpo.
La diferencia fundamental es que la acupuntura trata las enfermedades mediante la implantación de agujas para corregir el curso de las mismas restableciendo el equilibrio energético (causa de la enfermedad), mientras que la auriculoterapia lleva su acción al órgano o función afectada.
La acupuntura trabaja sobre lo general y la auriculoterapia sobre lo específico. La activación de los puntos actúa en forma directa sobre estos elementos corrigiendo el desequilibrio funcional de los órganos.
Tratamiento de afecciones
La auriculoterapia actúa sobre numerosas afecciones, se puede emplear en casos de cefaleas, migrañas, aftas, herpes labial, trastornos mamarios, problemas digestivos o renales, gases, constipación, gastritis, indigestión, cólicos, úlcera gastroduodenal, diarreas, hemorroides, problemas menstruales, insomnio, asma, sinusitis, angustia, ansiedad, depresión, estrés, trastornos de la alimentación, bulimia, anorexia, obesidad, adicciones, alcoholismo, tabaquismo, esguinces, dolor de huesos y articulaciones, artritis y reuma, entre las más comunes.
La ventaja de este sistema es la rapidez con que se llega a un tratamiento y diagnóstico aproximado, es decir, determinar qué órganos o sistemas se hallan en problemas y, luego de realizar la terapia en la oreja, poder con más tiempo investigar y corroborar con toda la aparatología actual, como radiografías, análisis o tomografías, el diagnóstico presuntivo realizado por el auriculodiagnóstico.
Si bien la auriculoterapia es una técnica complementaria ya que no cura la causa del síntoma sino que lo alivia, es muy útil para colaborar con el tratamiento de las distintas dolencias, brindando a la persona que las padece un mayor bienestar hasta tanto se solucione la causa de su enfermedad.
Desde el punto de vista oriental es una terapia preventiva ya que al actuar sobre los canales energéticos desequilibrados colabora en el reequilibrio de estados funcionales alterados, que de persistir, dañan al órgano instalándose la enfermedad orgánica.
Los puntos de la oreja
Al fenómeno de que todo el cuerpo se refleje en una zona pequeña del mismo, se lo denomina somatotopía; y a la ciencia que estudia este fenómeno, reflexología.
Hay otras zonas del cuerpo donde se refleja, como los pies, las manos, la cara, el cráneo o el iris, pero la oreja tiene una particularidad con respecto a las demás. Consiste en que para encontrar los puntos hay que representar sobre ella la figura de un feto colocado con la cabeza hacia abajo (al igual que en el útero en el momento del nacimiento).
De esa forma, cada parte del cuerpo se puede encontrar representada sobre la zona que se proyecta.
