Tenemos cuatro zonas básicas en las que debemos centrarnos a la hora de maquillarnos: los ojos, la piel del rostro, los labios y las uñas.
Debemos saber cuál es el maquillaje que más se adapta a nosotras tanto en color como en texturas.
Por ello, Douglas desarrolla el decálogo del maquillaje, una guía práctica a seguir según tus necesidades.
1. El tono adecuado
Nuestro rostro debe tener siempre el color adecuado. Si nuestra piel es muy pálida, conviene que marquemos nuestros rasgos mediante el uso de polvos o coloretes en tonos rosáceos o rojizos. Si, en cambio, tienes una piel morena, debes decantarte por polvos que igualen el tono de todas las áreas de la cara. Si lo que quieres es resaltar ciertos aspectos, lo mejor es decantarse por polvos oscuros en tonos marrones.