Los poros visibles y dilatados son originados principalmente por el exceso de sebo y la flaccidez cutánea que aumenta con la edad, pero también pueden derivar de otros factores como los desequilibrios hormonales, el estrés, la falta de sueño, la polución, etc.
Se encuentran principalmente en frente, nariz y mentón, donde la producción de sebo es mucho mayor ya que se produce una actividad exagerada de las glándulas sebáceas, lo cual da como consecuencia una piel con textura irregular, imperfecciones y brillos.
Diversos mecanismos están involucrados en el proceso de seborregulación, destacando las ectopeptidasas como nuevas moléculas diana para modular la función de los sebocitos.