El verano es una época de luz, vacaciones y relax en general.
Pero una vez finalizada la estación, la piel manifiesta los resultados de las largas exposiciones al sol, el cloro de las piletas, los baños al mar y el roce con la arena, que muchas veces no van acompañados de los cuidados necesarios para una piel saludable.
Todo ello lleva a un deterioro progresivo de la piel que da lugar a un fotoenvejecimiento prematuro por la degradación de fibras elásticas, el aumento de radicales libres y la deshidratación, tornando al rostro con un aspecto de tez opaca.