La piel del contorno de los ojos es la más fina y frágil del rostro. Además, está sometida a un continuo movimiento debido al parpadeo y a las contracciones musculares que se producen al sonreír, elevar las cejas, fruncir el ceño o entrecerrar los ojos para protegerse del sol.
Cuando se habla de contorno de ojos es inevitable mencionar los tres inconvenientes más frecuentes contra los que se debe luchar: arrugas, bolsas y ojeras.
Arrugas
Las arrugas son una de las consecuencias del proceso de envejecimiento.
Con la edad, la división celular se hace más lenta, lo que provoca que la red de elastina, las fibras de colágeno y el grado de humedad que mantienen el tono de la piel disminuyan en calidad y cantidad, lo que hace que el tejido se afloje dando lugar a depresiones en la superficie.
Bolsas
Pueden producirse por tres diferentes motivos:
– Retención de líquidos.
– Acumulación de tejido adiposo localizado justo debajo de los ojos.
– Por razones genéticas o hereditarias.