Conocer las diferencias entre los efectos finales de las bases, las sombras, los polvos y los labiales sobre la piel permite realizar maquillajes bien equilibrados, con agradable composición y equilibrio visual.
Los efectos de brillo y opacidad, combinados adecuadamente con el buen uso del color, son las claves para un buen maquillaje profesional que se diferencie de uno autodidacta y no técnico.
Podemos clasificar a los efectos en tres grandes grupos, sabiendo que en el medio de estas categorías hay un gran espectro: mate, satinado e irisdiscente.
1) Mate
Es cuando los productos no refractan luz alguna.
Las bases llamadas oil free producen este acabado, ya que no poseen contenido de lípidos y están formuladas, básicamente, con agua.
Tanto en los polvos faciales como en las sombras, será la ausencia de partículas satinadas o iridiscentes lo que hará que se aprecien sin brillo alguno.
Este resultado es ideal para las pieles oleosas, ya que quienes tienen este tipo cutáneo suelen detestar la grasitud constante de su piel, siendo una buena manera de minimizar ese problema.
Atención en este punto: no mencionar el efecto “mate” con el término “opaco”.